
18 Nov Tarta de manzana para una tarde de otoño
Una de las cosas más bonitas que nos trae el otoño es la recogida de la manzana. Algo que me gusta mucho hacer los sábados, es ir a visitar los mercados agrícolas de los diferentes pueblos. En esta época del año hay muchos puestos llenos de manzanas. Los que más me llaman la atención son aquellos en donde las manzanas aparecen espléndidas junto a sus ramas y hojas. A los agricultores que atienden sus puestos les resulta curioso que yo elija algunas frutas que están dañadas o tienen desperfectos en su piel, incluso me miran con incredulidad. Pero eso para mí tiene un valor añadido, las hace ser piezas únicas, distintas e incluso más fotogénicas. En muchas de mis fotografías busco fotografiar las cosas tal y como son y esos “defectos” me ayudan a transmitir su propia naturalidad. A partir de ahí, mi cabeza empieza a pensar que podría hacer con ellas y a crear mis siguientes fotografías.
La tarta de manzana es uno de mis dulces preferidos. Cuando más me gusta tomarla es por la tarde a la hora de merendar. No es que meriende todas las tardes, no, no me puedo permitir esos lujos, ojalá!! Me gusta porque no es un postre demasiado dulce y el toque ácido de la fruta me encanta. Además me resulta ligero. Y, por supuesto, tengo mis sitios preferidos donde tomarla. No la pido en cualquier sitio. Tengo que verla antes de pedirla, cuanto más manzana tenga, mejor! En casa me gusta tomarla tibia.
INGREDIENTES (6-8 PERSONAS)
Base
175 gr. de mantequilla
200 gr. de harina
Compota
4 manzanas
50 gr. de azúcar
ramita de canela
Natillas
1 yema de huevo
una cucharada de azúcar
una cucharada de maicena
vaso de leche
Adornar
2 manzanas en láminas
azúcar y canela espolvoreada
ELABORACIÓN
Pelar, trocear y poner a fuego lento las cuatro para que se vayan pochando junto con un poco de agua, azúcar y media ramita de canela. Hacer una compota. Ir dándole vueltas para que no se pegue en el fondo.
Por otro lado hacemos a mano una masa con la harina y la mantequilla, que dispondremos en un molde no muy alto y de unos 28 centímetros de diámetro.
Pelamos 2 manzanas y las cortamos en láminas finas que nos servirán para cubrir la tarta por encima.
Una vez tengamos la compota de manzana hecha, la vertemos sobre el molde de horno que tenemos con la masa. La cubrimos con las láminas de manzana.
En un vaso batimos a mano una yema de huevo, la maicena, el azúcar y la leche, haciendo en crudo una natilla ligera, que verteremos sobre lo que ya tenemos preparado. Espolvoreamos un poco de azúcar y canela. Listo para hornear hasta que la manzana luzca dorada.
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